sábado, 10 de abril de 2021

Ulises

 

Ha pasado un año desde mi retorno y Penélope sigue tejiendo cada noche. Pero ya no desteje. La manta es tan larga que cubre la cama, el dormitorio, la puerta, los pasillos, el jardín, el muelle, las embarcaciones, el ancho mar, rodea la entera Ítaca y regresa a nuestro lecho donde el hilo aprieta ahora mi garganta y con horror veo que tira con fuerza del nudo y lo ajusta y me dice que ya no va a tejer nunca más.

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